miércoles, 17 de julio de 2013

El PAS ante su justa oportunidad.


Cualquier persona observadora o analítica podría haber predicho la formación de un nuevo partido político en Sinaloa por parte del exrector de la UAS, desde los tiempos en que, en calidad de presidente de la asociación civil Cuenta Conmigo, Héctor Melesio Cuen Ojeda recorría el estado con actos de apoyo comunitario propios de la naturaleza de la asociación y a la vez claramente proselitistas.
Hacer proselitismo con los actos de apoyo comunitario no es malo, incluso es completamente legítimo, si yo ayudo y sirvo a mi sociedad es justo que se me reconozca por ello y es bueno e inteligente que este reconocimiento me abra la posibilidad de crecimiento –como persona o como organización–  porque, por un lado, esto es una justa retribución a mi interés y mi trabajo en la sociedad y por la sociedad, y, por otro lado, esto me permite mantener o continuar este activismo por la comunidad, por la sociedad, y ampliarlo, tanto en alcance territorial como en la calidad y la naturaleza de la ayuda y por lo tanto de la utilidad de la misma, todo lo cual no puede redundar sino en el bien común (y en la justa retribución de la sociedad a su bienhechor.
Toda organización política, especialmente aquellas que viven del erario, es decir los partidos políticos, deben de tener como objetivo primordial servir a la sociedad que los mantiene –a ella se deben– lo que lamentablemente nuestros partidos políticos no hacen. ¿Cómo deben servir los partidos a la sociedad? lo que deben de hacer es procurar que la gente tenga cada vez mejores condiciones de vida, podemos resumirlo así: todos los partidos políticos deben dirigir sus esfuerzos a que la gente (es decir usted y yo y nuestros vecinos) tenga cada vez mejor calidad de vida.
¿Qué es la calidad de vida? Calidad de vida es que usted sea feliz, que usted tenga un trabajo donde gane lo suficiente para que le alcance para satisfacer todos sus necesidades y las de su familia; entre sus necesidades está incluido no sólo el vestido, la alimentación, la buena salud y la buena educación de sus hijos (y la suya propia), esas son las básicas, pero no las únicas, también debemos contar el recreo y la diversión, las vacaciones, el servicio de transporte público digno, humano, seguro y a precio justo (Culiacán es una de las ciudades con las tarifas de transporte público más altas del país), el trato amable y humano por parte de todo servidor público, precios justos y razonables en agua y luz (ningún sinaloense tiene por qué estar muriéndose de calor, eso es injusto, indigno e inhumano, y es un ejemplo de no calidad o de mala calidad de vida), un medio ambiente protegido y atendido y todo lo que contribuye a que una persona se sienta bien, tranquila, segura y feliz.
Eso es la calidad de vida y eso es por lo que deben de trabajar los partidos políticos y los funcionarios públicos, para eso existen, para eso están ahí, no es otra su razón de ser.
Héctor Melesio Cuen Ojedalo sabe y ha trabajado en esa dirección desde que era rector de la Universidad. Es un hombre inteligente, como se espera que sea un profesor-investigador universitario, y como es deseable que fueran todos los políticos; es un hombre humano y es un hombre estratégico. Cuen ha sabido –o tenido la suerte de– rodearse de buenas personas, de ciudadanos valiosos; como líder ha sacad lanza y escudo y se ha echado adelante a la manera de los antiguos reyes griegos de que nos habla Homero, y es por eso, sumado a sus arengas inspiradoras y efectivas y a que su pasado no es desalentador como el de otros líderes políticos, que muchos sinaloenses honorables se han sumado a su proyecto.
Podría argüirse en su contra que desde un principio aspiraba a conquistar un cierto poder político, pero antes hay que darle la oportunidad al PAS de mostrar su trabajo y su lucha; no es malo que desde el principio Cuen haya tenido pensado conformar el partido, de hecho esto nos habla de una inteligencia y consciencia políticas que son elementos necesarios para actuar en la escena política, para lidiar con los viejos partido; eso, pues, es algo bueno.
También, debemos ser conscientes, se sumará (se habrá sumado ya) gente, por decirlo de alguna manera, nociva al proyecto PAS; siempre se cuelan o hay más de alguno –a veces muchos y con el tiempo cada vez más– malos elementos, gente que, como en cualquier partido, va sólo en busca de su beneficio personal (sabemos perfectamente que ser parte de los primeros cuadros de un partido, aunque se chico, es una forma de tener certeza laboral), y nosotros como sociedad tendremos que estar atentos y saber juzgar el trabajo que el PAS haga en pro de Sinaloa y los sinaloenses, y  saber también reclamarle sus falta y exigirle su reparación, y darle, en su caso, la oportunidad de hacerlo. Hemos tenido casos decepcionantes de partidos nuevos en la escena nacional recientemente (Panal), y hay casos también ya añejos, por lo que tenemos referentes claros para el análisis ahora.
El PAS, como partido nuevo, es pequeño, la sociedad sinaloense necesita estar alerta a sus acciones teniendo en cuenta su proporción, sus posibilidades. Lo mismo con los otros partidos, grandes y pequeños.
La hazaña política electoral del PAS es ya algo histórico en nuestro estado; y la trayectoria de su presidente representa una esperanza y una posibilidad de diferencia. También como algunos líderes griegos homéricos, Cuen ha sufrido en carne propia pérdidas y golpes duros, el más cruel tal vez el asesinato de su hermano, el también universitario, médico del deporte, Alfredo Cuen, sin embargo sigue en la batalla.
El pueblo sinaloense ha decidido ya darle la oportunidad al PAS, ahora le toca al partido demostrar con su trabajo que la esperanza de la gente está bien sustentada. Le toca, pues, hacer buen uso de la justa oportunidad que le otorgan los ciudadanos sinaloenses.
Ángel Gustavo Rivas.