Cualquier persona observadora o analítica podría haber
predicho la formación de un nuevo partido político en Sinaloa por parte del
exrector de la UAS, desde los tiempos en que, en calidad de presidente de la
asociación civil Cuenta Conmigo, Héctor Melesio Cuen Ojeda recorría el estado
con actos de apoyo comunitario propios de la naturaleza de la asociación y a la
vez claramente proselitistas.
Hacer proselitismo con los actos de
apoyo comunitario no es malo, incluso es completamente legítimo, si yo ayudo y
sirvo a mi sociedad es justo que se me reconozca por ello y es bueno e
inteligente que este reconocimiento me abra la posibilidad de crecimiento –como
persona o como organización– porque, por
un lado, esto es una justa retribución a mi interés y mi trabajo en la sociedad
y por la sociedad, y, por otro lado, esto me permite mantener o continuar este
activismo por la comunidad, por la sociedad, y ampliarlo, tanto en alcance
territorial como en la calidad y la naturaleza de la ayuda y por lo tanto de la
utilidad de la misma, todo lo cual no puede redundar sino en el bien común (y
en la justa retribución de la sociedad a su bienhechor.
Toda organización política,
especialmente aquellas que viven del erario, es decir los partidos políticos,
deben de tener como objetivo primordial servir a la sociedad que los mantiene
–a ella se deben– lo que lamentablemente nuestros partidos políticos no hacen.
¿Cómo deben servir los partidos a la sociedad? lo que deben de hacer es procurar
que la gente tenga cada vez mejores condiciones de vida, podemos resumirlo así:
todos los partidos políticos deben dirigir sus esfuerzos a que la gente (es decir
usted y yo y nuestros vecinos) tenga cada vez mejor calidad de vida.
¿Qué es la calidad de vida? Calidad
de vida es que usted sea feliz, que usted tenga un trabajo donde gane lo
suficiente para que le alcance para satisfacer todos sus necesidades y las de
su familia; entre sus necesidades está incluido no sólo el vestido, la
alimentación, la buena salud y la buena educación de sus hijos (y la suya
propia), esas son las básicas, pero no las únicas, también debemos contar el
recreo y la diversión, las vacaciones, el servicio de transporte público digno,
humano, seguro y a precio justo (Culiacán es una de las ciudades con las
tarifas de transporte público más altas del país), el trato amable y humano por
parte de todo servidor público, precios justos y razonables en agua y luz (ningún
sinaloense tiene por qué estar muriéndose de calor, eso es injusto, indigno e
inhumano, y es un ejemplo de no calidad o de mala calidad de vida), un medio
ambiente protegido y atendido y todo lo que contribuye a que una persona se
sienta bien, tranquila, segura y feliz.
Eso es la calidad de vida y eso es
por lo que deben de trabajar los partidos políticos y los funcionarios
públicos, para eso existen, para eso están ahí, no es otra su razón de ser.
Héctor Melesio Cuen Ojedalo sabe y
ha trabajado en esa dirección desde que era rector de la Universidad. Es un
hombre inteligente, como se espera que sea un profesor-investigador
universitario, y como es deseable que fueran todos los políticos; es un hombre
humano y es un hombre estratégico. Cuen ha sabido –o tenido la suerte de–
rodearse de buenas personas, de ciudadanos valiosos; como líder ha sacad lanza
y escudo y se ha echado adelante a la manera de los antiguos reyes griegos de
que nos habla Homero, y es por eso, sumado a sus arengas inspiradoras y
efectivas y a que su pasado no es desalentador como el de otros líderes
políticos, que muchos sinaloenses honorables se han sumado a su proyecto.
Podría argüirse en su contra que
desde un principio aspiraba a conquistar un cierto poder político, pero antes
hay que darle la oportunidad al PAS de mostrar su trabajo y su lucha; no es
malo que desde el principio Cuen haya tenido pensado conformar el partido, de
hecho esto nos habla de una inteligencia y consciencia políticas que son
elementos necesarios para actuar en la escena política, para lidiar con los
viejos partido; eso, pues, es algo bueno.
También, debemos ser conscientes,
se sumará (se habrá sumado ya) gente, por decirlo de alguna manera, nociva al
proyecto PAS; siempre se cuelan o hay más de alguno –a veces muchos y con el
tiempo cada vez más– malos elementos, gente que, como en cualquier partido, va
sólo en busca de su beneficio personal (sabemos perfectamente que ser parte de
los primeros cuadros de un partido, aunque se chico, es una forma de tener
certeza laboral), y nosotros como sociedad tendremos que estar atentos y saber
juzgar el trabajo que el PAS haga en pro de Sinaloa y los sinaloenses, y saber también reclamarle sus falta y exigirle
su reparación, y darle, en su caso, la oportunidad de hacerlo. Hemos tenido
casos decepcionantes de partidos nuevos en la escena nacional recientemente
(Panal), y hay casos también ya añejos, por lo que tenemos referentes claros
para el análisis ahora.
El PAS, como partido nuevo, es
pequeño, la sociedad sinaloense necesita estar alerta a sus acciones teniendo
en cuenta su proporción, sus posibilidades. Lo mismo con los otros partidos,
grandes y pequeños.
La hazaña política electoral del
PAS es ya algo histórico en nuestro estado; y la trayectoria de su presidente
representa una esperanza y una posibilidad de diferencia. También como algunos
líderes griegos homéricos, Cuen ha sufrido en carne propia pérdidas y golpes
duros, el más cruel tal vez el asesinato de su hermano, el también
universitario, médico del deporte, Alfredo Cuen, sin embargo sigue en la
batalla.
El pueblo sinaloense ha decidido ya
darle la oportunidad al PAS, ahora le toca al partido demostrar con su trabajo
que la esperanza de la gente está bien sustentada. Le toca, pues, hacer buen
uso de la justa oportunidad que le otorgan los ciudadanos sinaloenses.
Ángel Gustavo Rivas.